lunes, 7 de marzo de 2011

LA DIGNIDAD HUMANA COMO VALOR ÚNICO Y SUPREMO

La dignidad humana es un valor único y supremo que exige respeto incondicional y absoluto a todo ser humano, que por esa condición -de humano- es merecedor de un trato justo e igualitario, como ser excepcional, de dotada inteligencia, y de capacidad reflexiva y decisoria.

Ese valor ilimitado de ser una persona humana con identidad y con capacidad de pensar, reflexionar y decidir es lo que hace meritorio el respeto, no hacia la individualidad, entendiéndola como una persona en particular o sujeto específico, sino que se trata del respeto que se debe tener hacia todas las personas, es decir, hacia la raza humana.

Los hombres por el simple hecho de serlo merecen respeto, tienen libre albedrío y por lo tanto son capaces. Los seres humanos no deben ser tratados como objetos, sino como seres únicos, que por ser aptos, que por tener capacidades, tienen entonces que ser valorados, porque a diferencia de los objetos, los seres humanos tienen dignidad.

Las cosas pueden usarse y manipularse, los humanos no. Por esa condición que tienen de pensar, reflexionar y decidir, que los hace distintos a los objetos, no pueden ser tratados como tal y por tanto debe dársele un justo valor. Al hombre se le debe respetar su condición humana, se le debe valorar sus aptitudes y su excepcional inteligencia y eso se hace a través del respeto, porque se entiende con todo esto, que el ser humano es digno de el, porque tiene el atributo de la dignidad.

Hernando Valencia Villa citado por Camps (1998), expresa: “Hay algo en cada persona que no puede ser violado impunemente o no puede ser destruido del todo… la dignidad humana”. Esto nos habla de lo sagrado de la dignidad como valor del hombre, más allá de toda medida y de todo precio, porque la dignidad del hombre es inconmensurable, es decir no tiene precio, al decir de Ernst Bloch: “La persona es sagrada porque en ella palpita la humanidad”.

Referencia:
Camps, Victoria (1998) Teoría y perspectiva de los derechos humanos. Amnistía Internacional. Barcelona. Mimeo.

No hay comentarios: